¿Qué factores tener en cuenta antes de comenzar un proyecto con impresión 3D ?
Como diseñadores que trabajan cotidianamente con impresión 3D, hemos ido identificando algunos factores que nos gustaría comunicar, pensando en quienes emprenden o en aquellas pymes que están planificando un diseño. Aquí vamos:
Tamaño de la pieza o producto: Las impresoras pueden ser pequeñas, medianas (las más comunes) o grandes. Aproximadamente, una impresora estándar tiene alrededor de 220 x 250 x 200 (h) mm (siendo h la altura). Si el área no nos alcanza, podemos dividir el producto en partes y diseñar encastres para llegar al tamaño deseado, o pensar en una impresora de mayor formato.
Impresora de gran formato (1 x 1 x 1 mt) Impresora Prusa MK3
Escala de la producción. Factor excluyente y de los primeros que se mencionan: no es lo mismo hacer 10 que hacer 100.000. No hay un número preciso a partir del cual tenemos que empezar a pensar en formas de producción industriales (por ejemplo, inyección), pero sí deberíamos analizar los tiempos de impresión que toma cada pieza o producto, considerar la cantidad de máquinas disponibles y el costo del material.
Funcionalidad: No es lo mismo un cortante de galleta, un picaporte, la pata de una mesa o un soporte de celular. Todos tienen un uso distinto, están sometidos a diferentes fuerzas y necesitan más o menos rigurosidad en su diseño y su producción. Entender y analizar todas las variables relacionadas al uso (incluida la durabilidad requerida y el guardado), nos va a dar un panorama más amplio de no sólo qué tecnología usar, sino de qué material elegir (considerando que cada día surgen nuevos filamentos con sus propias características).
Terminación superficial: Nos pasa mucho que nos escriben de producciones audiovisuales, y lo primero que les mencionamos es si saben cómo es la terminación superficial de la impresión 3D. Quienes no lo sepan, verán una imagen con un detalle de la textura. Al ser una tecnología de manufactura aditiva (capa sobre capa), la percepción final de la pieza es levemente rugosa. Hay formas de procesar las piezas para lograr un finish (terminación) más prolijo e incluso similar a los productos de venta directa, a fuerza de lija, masilla y pintura. Pero debemos contemplar que esto conlleva tiempo y dinero, para no llevarnos una sorpresa desagradable (o el famoso “sorpresusto” del que hablaba Peña).